A partir del segundo lagar de Bajenoso, la ruta discurre sin dificultad hasta el regato de Valmedroso donde de nuevo el camino se empina sin descanso hasta las eras del Prado Concejo  y las ciclópeas moles graníticas.

Atrás quedan  las fuentes del Guijo y el Roble, los reducidos viñedos y los numerosos pequeños huertos que alimentaban las citadas fuentes, pozos, superficiales aguas y el regato de Valmedroso.

El bosque cubre hoy gran parte del cerrado valle en el que en la Edad Media se cazaba el oso y en el que el hombre del siglo XX cultivaba numerosas parcelas. El enmarañado territorio es en la actualidad cobijo de diversas especies  que encuentran aquí alimento y refugio natural entre robles, castaños, cerezos y las numerosas oquedades rocosas.

En las alturas del Prado Concejo,  los berrocales se extienden por  amplias superficies en forma de grandes bolas, lanchones y descarnadas pendientes,  paisajes que antaño ocupara el hombre como hábitat disperso, para el cultivo y el pastoreo.

Mapa interactivo

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